
Los vehículos automáticos han ganado popularidad gracias a su comodidad y facilidad de conducción. Sin embargo, como cualquier otro automóvil, requieren cuidados específicos para mantener su rendimiento y prolongar su vida útil. La transmisión automática, en particular, es una de las partes más complejas y costosas de reparar, por lo que un mantenimiento adecuado es fundamental. En este artículo, te compartimos tres consejos clave para cuidar tu vehículo automático y evitar costosas reparaciones.
1. Revisa y Cambia el Aceite de la Transmisión Regularmente
El aceite de la transmisión automática es vital para que el sistema funcione correctamente. Este fluido lubrica los componentes internos de la transmisión, evitando el sobrecalentamiento y el desgaste. Con el tiempo, el aceite se va descomponiendo y pierde sus propiedades lubricantes, lo que puede afectar el rendimiento de la transmisión e incluso causar daños graves.
¿Con qué frecuencia debes cambiarlo?
Cada vehículo tiene sus propios requerimientos, pero como regla general, se recomienda cambiar el aceite de la transmisión cada 40,000 a 60,000 kilómetros. Para obtener detalles precisos, revisa el manual de tu automóvil. Además, asegúrate de revisar el nivel de aceite periódicamente para evitar que se quede bajo, lo que también puede dañar la transmisión.
2. No Dejes el Vehículo en «P» por Largas Horas
La posición «P» (estacionado) es la que usamos comúnmente cuando dejamos nuestro vehículo parado. Sin embargo, si dejas el coche en «P» durante un largo período de tiempo, especialmente cuando el motor está en marcha, puedes poner tensión innecesaria en el sistema de la transmisión. Esto se debe a que el mecanismo de bloqueo de la transmisión está soportando todo el peso del vehículo.
¿Qué puedes hacer?
Si vas a estar detenido por un largo tiempo (como cuando estás esperando en un semáforo largo o cuando estacionas en una pendiente), es recomendable poner el vehículo en «N» (neutral) y usar el freno de mano. Así, aliviarás la presión sobre la transmisión y evitarás un desgaste innecesario.
3. Evita Aceleraciones Bruscas y Cambios de Marcha Violentos
Aunque los vehículos automáticos están diseñados para cambiar de marcha de manera automática, el estilo de conducción sigue siendo un factor clave en la longevidad del sistema. Las aceleraciones repentinas y los cambios bruscos de velocidad pueden forzar la transmisión y hacer que los componentes sufran daños prematuros.
Consejos para conducir de manera más suave:
- Acelera de manera progresiva: Evita pisar el acelerador a fondo de manera brusca, especialmente cuando el motor está frío.
- Evita cambios repentinos de velocidad: Si vas a reducir o aumentar la velocidad, hazlo de manera gradual para no forzar el sistema de la transmisión.
Conducir de manera suave no solo beneficia la transmisión, sino también otros componentes del vehículo, como los frenos y el motor, lo que contribuye a la seguridad y la eficiencia de combustible.